Una bombilla enrosca su cable en una manivela de madera y cae en un pozo de vidrio que se hace más opaco hacia el fondo. El movimiento de la manivela permite así difuminar la luz e incluso colorearla.
Siempre me han encantado esos diseños que se inspiran de elementos cotidianos, que ven en algo aparentemente normal, una aplicación nueva y perfectamente útil. Ese es el caso de esta lámpara.
Originalidad, ingenio y belleza en una pieza que ya me ha conquistado.
Via Archello
Que cosas nos enseñas siempre, Laura. Todas super especiales.
ResponderEliminarMe encantan estas lamparas. Ese color azul es mágico.
Gracias Nines!!! Tú siempre tan buena amiga del blog! La verdad es que estas lámparas cuando las descubrí no pude evitar publicarlas. Un beso!
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