Esta cabaña de huéspedes, situada en la isla de Tasmania, me encanta por su calidez. La madera, los textiles, los detalles campestres y marinos. Todo hace de este pequeño espacio un interior cercano, hogareño y sincero. Sin estridencias y con un toque rustico actualizado.
Por cierto, el cuadro del comedor me requetechifla!!
Via Homelife
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