Esta reforma de una casa rural del sur de Francia me encanta. Me encanta porque no renuncia a su alma, a su esencia. No esconde sus paredes de adobe, ni su cubierta de madera. Sólo embellece estos elementos con gran acierto. El antiguo establo se convierte en un apartamento turístico para seis persinas y el segundo edificio en uno para dos.
Un destino para vivir la esencia del campo.
Via Style Files.
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