Cuando uno ve un piso como este, tan cálido y equilibrado, lleno de piezas de bajo coste, de repente le entran a uno ganas de ir a Ikea e intentar tener esos mismos interiores.
La mezcla de piezas de diseño y arte de gran calidad, con esas piezas más asequibles, me encanta. Porque, siempre he pensado que, a pesar de que siempre nos enamoramos de los más caro, a veces, sólo tenemos que visionar las posibilidades de otros muebles más sencillos.
Via Nordic Design.
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