Este proyecto del estudio de Isabel Lopez Vilalta, es un ejemplo de cómo la modernidad no está reñida con la calidez.
Un espacio de gran altura y con una fachada totalmente vidriada, contrasta con una fachada interior de madera recuperada, a modo de expositor y con un aire a libreria antigua. Las paredes y el techo, de fieltro para actuar como absorbente acústico, aparecen con un tono gris neutro, y un banco corrido de madera, junto con mesas y sillas del mismo material, colocados junto a la fachada, vuelven a buscar el contraste de materiales fríos y cálidos.
Las lámparas de techo, modelo Wireflow, de formas geométricas y realizadas en metal son otro toque perfecto en este interior. Flotan ligeras en este espacio, donde el equilibrio entre estilos y materiales es casi perfecto.
Fotografías: Alejo Bagué
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